Reflexiones del pastor. Una cosa te falta... Domingo, 11/10/2015

REFLEXIONES DEL PASTOR
DOMINGO 11-10-2015
XXVIII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO

UNA COSA TE FALTA…
Mc 10, 17 – 30

El rico del evangelio se quedó tristemente sorprendido ante la amable invitación de Jesús. Él tenía ya sus propios planes y venía con las tareas hechas: todo eso lo he hecho desde pequeño. Algo muy parecido a lo que nos pasa a nosotros cuando escuchamos el evangelio. Y es que ser cristiano, seguir a Cristo, supone entrar en una óptica distinta de la vida, en la que la riqueza y el éxito no consiste en atesorar y triunfar, sino en compartir y servir. No basta con ser bueno, hay que hacer el bien. No es suficiente cumplir los mandamientos, hay que cumplir con la justicia, y, sobre todo, con las exigencias del amor. Tenemos que ser buenos, por supuesto.   Tenemos que cumplir los mandamientos, claro. Jesús no vino a suprimir la ley, sino a cumplirla y colmarla de sentido. Y el sentido de la ley es el amor.

Los diez mandamientos, decíamos en el catecismo, se reducen a dos: amar a Dios y amar al prójimo. Y el amor al prójimo no se limita a ayudar con algo, a darle de lo que nos sobra, a hacer limosnas, aunque se llamen contribuciones de solidaridad, sino que nos compromete en lo que necesitamos para resolver las necesidades de todos, las nuestras y la de los demás. Por eso, hay que desmontar las riquezas injustamente acaparadas, y el sistema que justifica la explotación del otro y la especulación contra el otro para acumular riquezas.

Es inexplicable como personas que uno conoció y conoce que vivían en un sector humilde han podido en menos de diez años acumular riquezas, pero no solamente acumularlas sino estregárnosla en la cara como “supuesto enriquecimiento por el trabajo”, lo cual es imposible.

Hay que empezar por ahí. Por el desprendimiento, por deshacernos de un montón de cosas que no precisamos, por liberarnos de un montón de necesidades que nos han creado interesadamente, por no dejarnos embaucar por la necesidad de satisfacer todos los caprichos, hay que empezar, por tanto,  por desmontar toda una cultura del consumo, por ponernos a salvo del consumismo, por no confundir el bienestar con rodearnos cada vez mas de artefactos, que satisfacen nuestras necesidades y caprichos, pero que no son suficientes para satisfacer nuestra propia vida.

Hay que empezar por renunciar a la riqueza, porque la riqueza no consiste en la posesión de lo que necesitamos para vivir con dignidad, sino que generalmente no es más que la apropiación y acaparamiento de lo que necesitan los otros para vivir sin perder su dignidad humana. Hay que empezar por desprenderse de las riquezas injustas e injustificables, para volver a la pobreza. Pero la pobreza no consiste solo en la renuncia a ejercer el derecho de propiedad sino que implica la reivindicación de los derechos de los empobrecidos y excluidos del sistema y por sistema.

La pobreza no tiene sentido, no es un estado de perfección, sino es además estado de insurrección contra la injusticia y el sistema que genera la pobreza de otros a través de la corrupción desmadrada. Hacerse pobre no es una experiencia turística, no es un esnobismo, sino una manera de acercarse y compartir la suerte, la explotación y exclusión que sufren los pobres para compartir también con ellos su reivindicación y lucha por la justicia. Ser pobre es enrolarse en la lucha por el Reino de Dios, ya que los ricos se dan por satisfechos con su reino en este mundo… injustamente organizado y llamado a desaparecer.

Dios tiene la última palabra y su palabra es tajante y definitiva, no hay que hacerse ilusiones. Seguir a Jesús no se reduce a cumplir los mandamientos. Hay que desprenderse de todo y compartir todo con los que nada tienen. Solo así tiene sentido que nos llamemos cristianos, seguidores de Aquel, que se hizo pobre e hizo causa común con ellos. Ahí radica la verdadera sabiduría del creyente. Y esa sabiduría no tiene precio.

Ser cristiano no es lo mismo que ser buena persona. Hay que ser buenos, pero hay que seguir a Jesús, compartiendo con él y con los pobres su situación y sus reivindicaciones.


+Roberto de Coro
@MonsLuckert