REFLEXIONES DEL PASTOR
DOMINGO 20-12-2015
IV DOMINGO ADVIENTO
MARÍA, EL PRIMER MISIONERO
En
este domingo el Adviento se orienta definitivamente a la Navidad. A la
Navidad vivida con el corazón de la Virgen. Por encima
de todos los personajes y acontecimientos se destaca una figura: la de
María. “María sobresale entre todos los humildes y pobres del Señor que
en Dios esperaban con confianza y de él recibieron la salvación”.
María va de prisa a la montaña de Judá. La urge comunicar a Dios. Un Dios que no es, en cuanto hombre, si no un embrión dentro
del seno virginal. Un día será el más Hermoso de los hijos de los hombres, el Pimpollo de la creación.
María no espera a que madure esta plenitud para dar a conocer a Cristo. La quema la viva impaciencia de comunicar a Dios como
ella lo posé: un pequeñito pero todavía no ha salido a la luz de la vida.
María
nos enseña a ser apóstoles. Tampoco Cristo está formado con plenitud
dentro de nuestra alma. “Hijitos míos, a los que
de nuevo doy a luz, mientras Cristo se forma en ustedes” (Gal 4, 19).
Como María hemos de ser tempranos y veloces apóstoles de Cristo tal como
nosotros lo poseemos. No hemos de esperar a que Cristo sea dentro de
nosotros un hombre perfecto.
Imperfectos
conocedores de Cristo, hemos de ser ya apóstoles. Nos dirán que ni
sabemos lo que decimos; que nuestra vida no corre
parejas con nuestras palabras…. Nosotros contestaremos: “ay de mi sino
evangelizo” (1ª Corintios 1, 16). Demos a conocer a Dios como lo
conocemos nosotros. Dios y la Iglesia suplirán.
¡Ay de mí! decía Jeremías ante el imperativo del Señor que le enviaba como profeta – soy un niño – iras donde yo te mando no
les tengas miedo, yo te meteré miedo de ellos, te contesta el Señor.
Cristo es anunciado, “y esto me alegra y siempre me alegrará” (Fil 1, 18).
Nosotros
no intentamos ninguna hipocresía. Los demagogos políticos, ¿conocen
todos a fondo la filosofía y la esencia de su partido?
No por eso dejan de ser eficaces sus propagandas.
Nosotros
sabemos lo que poseemos, aunque no lo poseamos con plenitud, ni sepamos
presentarlo con elocuencia. Teresa de Calcuta,
San Juan María Vianney, José Gregorio Hernández ¿eran lumbreras en
teología? Más puede el amor que la ciencia. Aunque Cristo sea solo un
embrión dentro de nosotros, no dejemos de predicarlo. Puede más el celo
que el saber y la prudencia. Una pequeña llama
es poderosa para avivar un voraz incendio.
María
nos anima a las puertas de la Navidad a anunciar el misterio glorioso
del nacimiento de su hijo. El Año de la Misericordia
va a insistirnos en cumplir el mandamiento principal del cristiano que
es el amor, y así preparar debidamente el pesebre de mi corazón para que
el Dios del amor también nazca en él.
+Roberto de Coro.
@MonsLuckert