Mensaje de Navidad 2015

MENSAJE DE NAVIDAD
Jn 1, 1 – 18

Es muy difícil que en nuestro rincón aburguesado y ocupado por tantos problemas cotidianos, inquietudes y deseos de corto alcance se entienda bien el mensaje de Navidad.

Posiblemente, ni siquiera allí donde pensamos que se dé valor injustamente, el núcleo y algunos textos, como el anuncio de paz que hacen los ángeles, den muchos creyentes con el verdadero sentido de la Buena Noticia de la Noche Buena.


Algunos textos son concisos y sin glosas: “Se cumplieron los días y María da a luz a su hijo, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada”. Esto es todo.
Tenemos muy presente el recuerdo de Teresa de Calcuta; la mujer que, en nuestros días, ha sido un clarificador y señero ejemplo de vida, como nos anuncia el evangelio acerca de María y Jesús.

Resuena en nosotros la palabra expresa del Señor que ya había hecho patente con su nacimiento: “A los pobres los tendrán siempre entre ustedes”.

Celebramos Navidad y quién más y quién menos sabe que no podemos disfrutar de nuestros tiernos sentimientos de espalda a los pobres y a los que sufren. Aunque a primera vista parezca que la causa de los pobres poco tiene que ver con lo de la Navidad y que aprovechar las circunstancias es un oportunismo, muchas organizaciones humanitarias como Cáritas, Pastoral Social, entre otras, al igual que nuestras ideas y sentimientos van a decir lo contrario. En realidad, es la vida humana (no ya solo la cristiana) la que no se puede desarrollar de espalda a la justicia, a la fraternidad y al interés por el prójimo, es decir, de espalda a los pobres y a los que sufren, aunque el “volverse” hacia ellos sea entendido y practicado en distintas formas y en distinto grado, como lo demuestra la historia de la caridad y como nos lo demostró Teresa de Calcuta con su vida ejemplar atendiendo y sirviendo a los más pobres del mundo, visitada de dignatarios y sin ningún amigo de los míseros barrios de Calcuta.
Es que, como hemos dicho otras veces, los pobres no son los que uno ve o explica acerca de la justicia y la injusticia, el amor o el desamor…. Los pobres son, más bien, ante quienes unos se explica y da razón del talante y orientación que tiene su vida.

Con el nacimiento de Jesús y con su muerte, la pobreza y el sufrimiento de los hombres tienen que ver más de lo que parece.

Navidad será siempre la causa de Dios. Por eso, llenar nuestra vida de la alegría y la “ilusión” de la Navidad consiste en hacer nuestra la causa de Jesús, que se hizo uno de los nuestros para hacernos patente el amor de Dios y darnos la paz que ansiamos.

Que este Año de la Misericordia nos ayude a vivir con mayor intensidad esta Navidad, viendo en Jesús esos pobres del mundo a quien nosotros tenemos que servir ejerciendo el mandamiento principal que Jesús nos enseñó, el mandamiento del amor.

+Roberto de Coro

@MonsLuckert