DOMINGO 9-3-2014
I DOMINGO DE CUARESMA
MI OPCIÓN FUNDAMENTAL
Mt 4, 1 – 11
El peor fundamentalismo es el que causa más víctima, es el de los adoradores del dinero.
Cuando se habla de fundamentalismo, se hace referencia por lo general al religioso. Es decir, a la actitud radical de algunos creyentes que no toleran la mas mínima desviación de lo que ellos consideran lo ortodoxo, lo correcto. Se trata pues de actitudes dogmáticas, integristas, fanáticas… que irrumpen comportamientos intransigentes y a veces violentos.
Pero hay otros fundamentalismos más extendidos, más intransigentes y mucho más violentos (por las victimas que produce), comúnmente aceptados y que gozan de buena reputación en los países llamados desarrollados.
Me refiero al fundamentalismo de los adoradores del dinero. Los fieles de esta seudoreligión confiesan unánimemente que no tienen más dios que el dinero, llámese riqueza, beneficio, ganancia, lucro o apropiación indebida, incluso ingeniera financiera. Creen, además, que la propiedad es sagrada, que los negocios son los negocios, que la competencia es el alma del crecimiento y que el crecimiento indefinido es el cielo.
En esta falsa religión del dinero los fieles sacrifican todo por el dinero: su tiempo, su vida, su familia, sus amistades… pero sobretodo sacrifican a los demás, explotan a los trabajadores, abusan de los consumidores, esquilman a los impositores, esclavizan a los que tienen que hipotecar su vida para disponer de 70mts², toleran un 20 % más un 30 % de hombre sin trabajo y consienten otro porcentaje muy elevado de gente marginal, de gente muy pobre. En teoría, hablan de libre competencia, de mercado libre… pero, en la práctica apuestan por un oligarquía que monopoliza el capital, y que reduce la libertad a meras palabras.
En las sociedades donde domina la religión del dinero y prevalecen las actitudes fundamentalistas (ya se sabe son dogmas científicos) se degrada a la mayoría conduciéndola a la pobreza, la precariedad o la inseguridad y sobresaltos permanentes, pero sobretodo, se degradan los fundamentalistas, los ricos, privados de cualquier rasgos humanitarios, quedándose con todo el dinero. Pero solo con eso: con dinero.
Cuaresma nos llama a la conversión, no perdamos este tiempo que nos oferta la Iglesia.
+Roberto de Coro
@MonsLuckert