Reflexiones del pastor. Todos santos, todo por la noticia. Domingo, 1/11/2015

REFLEXIONES DEL PASTOR
DOMINGO 01-11-2015
XXXI DOMINGO TIEMPO ORDINARIO
 
TODOS SANTOS, TODO POR LA NOTICIA
Mt 5, 1 – 12
                          
Durante los años de su vida pública Jesús advirtió repetidas veces a sus seguidores, que no se dejasen llevar por la euforia que despertaban sus milagros y su doctrina. También crecía la contestación, la contradicción, la persecución y las argucias para acabar con él.  El alborozo gozoso del domingo de Ramos, sería el abucheo y burla dolorosa del viernes santo. Por eso, para que su muerte no matase su esperanza anunció repetidas veces también su resurrección.


Y la suerte de sus seguidores no sería muy distinta. Por eso Jesús, anticipándose a los tiempos, proclamó ya lo que será el final de los tiempos. Porque, por increíble que parezca, un día serán dichosos los pobres, los que mueren de hambre, los que sufren. Y serán dichosos los que trabajan sin desmayar por la paz, los que luchan contra viento y mareo por la justicia, los que anuncian la Buena Nueva a todos y por todas partes. Ese día también conoceremos la dicha nosotros, si estamos de parte de los pobres, sino renegamos de los que lloran, sino dejamos que mueran de hambre a los hambrientos, si tomamos partido por la justicia contra la injusticia, por la paz contra la violencia, por el evangelio contra la desesperación.

Lo que Jesús proclama en las bienaventuranzas es lo que juan contempla en una visión, cuando sufre la persecución y el destierro en la isla de Patmos. Y juan nos lo escribe a todas las comunidades cristiana de Asia menor que pasan por malos momentos y persecuciones, para estimular su fe, reanimar su esperanza y llamarles a la resistencia contra todas las adversidades.

La fiesta de todos los santos es la celebración gozosa de que la promesa de Dios se cumplirá. En la realización exultante de la visión del apocalipsis: todos los santos son esa multitud inmensa, incontable, de gente de todo pueblo, raza, nación y lengua, todos vestidos de bancos y con la palma de la victoria en sus manos. Porque su muerte no fue un castigo, ni su vida un fracaso, como creyeron sus verdugos. Todos los santos son esa lista interminable de los que llenan cada día la página del calendario y del santoral. Son también todos esos millones de santos anónimos, que solo figuran en la memoria de sus familiares y amigos pero que están registrado en el libro de la vida, porque han dado su vida trabajando por la paz y luchando por la justicia. Dichosos son ya y para siempre los que han vivido y muerto según la voluntad del Señor. Dichosos son ya por la gracia y misericordia de Dios todos nuestros familiares y amigos que nos han precedido en la fe. Y eso es hoy motivo de gozo y de fiesta para la Iglesia peregrina y para nosotros.

Jesús adelantándose a los acontecimientos nos previene contra el desánimo proclamando la dicha futura.

El evangelio llama felices a los que el mundo tiene por desgraciados y compadece. La Palabra de Dios contra las máximas de este mundo. ¿Qué espíritu guía nuestras acciones: las del mundo o las de Jesús? Seria nuestro punto de reflexión al término de esta eucaristía.
 
+Roberto de Coro
@MonsLuckert