REFLEXIONES DEL PASTOR
DOMINGO 24-5-2015
DOMINGO DE PENTECOSTÉS
UNA IGLESIA PLURALISTA EN UNA SOCIEDAD PLURALISTA
Jn 19 – 23
Es de esperar que tras las elecciones que acaban de pasar y las próximas a venir en el mes de noviembre, Dios mediante tenga el cambio, y que este altere la situación de la comunidad de creyentes en la vida pública. Cualquiera conoce las desventajas derivadas de la simbiosis religión – política, tanto para la comunidad política como para la religiosa. El cambio y la clarificación solo pueden acarrear beneficios. No es momento de mirar atrás con ira, prodigando “memorias” intencionadamente desmemoriadas. Es hora de mirar adelante. Y delante, a muy pocos días, está la responsabilidad de una decisión política que la patria nos exige.
A la hora de votar, la Iglesia habrá de abstenerse, pues no es un partido político en lucha, ni puede arriesgarse a parecerlo, tomando partido por una determinada opción política. En una sociedad pluralista solo puede cumplir su misión una Iglesia pluralista. Atenta a entablar diálogo con todos, pues a todos ha sido enviada a predicar el Evangelio; no a bendecir programas políticos, parcelas políticas, personas políticas.
Pero los cristianos han de votar, y es su obligación, apoyando el programa que mejor interprete el bien común de los venezolanos. Pero han de votar sin dejar de ser cristianos, sin perder de vista el modelo de hombre que desvela la revelación. No hay que dejarse seducir por el señuelo “cristiano”, híbridamente incluido entre las siglas políticas, y por el “susto” del ateísmo y materialismo con que se carga a otros. Cierto que el materialismo y ateísmo son dos limitaciones para el elector cristiano; pero no el materialismo y ateísmo proclamado, sino el camuflado eficazmente presente en un programa. Pues se vota un programa, no una ideología. Las ideologías se creen o no.
Lo que se trata de decidir no es el futuro de la Iglesia, sino el futuro de Venezuela en estos momentos de grave crisis que estamos viviendo. Está fuera de duda que la existencia de Dios, de la religión y de la Iglesia no está sometidas a votación. Se puede aceptar o no; pero no se puede decidir sobre ello. No se trata pues de elegir un mecenazgo para la Iglesia, es decir un apoyo material a la misma, sino un clima de libertad y respeto a todos los hombres. Que la Iglesia no necesita más que libertad. Pues la fe no va a construirse en el Congreso de la República, sino en la eclesial; ni va a crecer a golpes de decretos, sino a impulso del Espíritu Santo.
El mismo espíritu que nos ha reunido en la asamblea en este domingo es el que nos dispersa por el mundo para llevar a todos los hombres el Evangelio. Terminada la fiesta, comienza la misión. El Señor vaya con nosotros en este esfuerzo de diálogo, de encuentro democrático, para con la fuerza del espíritu renovar a este pueblo cristiano que está pasando tantas calamidades.
No desmayemos en nuestro compromiso de cumplir con nuestro voto en las próximas elecciones, Dios mediante en noviembre.
+Roberto de Coro
@MonsLuckert