Reflexiones del pastor. El trabajo, instrumento de santificación. Domingo, 25/1/2015

REFLEXIONES DEL PASTOR
DOMINGO 25-1-2015
EL TRABAJO, INSTRUMENTO DE SANTIFICACIÓN
Mc 14, 20

Este domingo Cristo se dirige a Andrés, Simón, Santiago y Juan cuando estaban trabajando. Jesús da mucha importancia al trabajo.


Vago es el que no quiere trabajar teniendo ocasión de trabajar. El que no trabaja porque no tiene donde no es un vago; el gran problema que tenemos en nuestro país, no hay oportunidades de un trabajo justo, honrado, que nos ayude a vivir con dignidad y a promover la dignidad de nuestra familia.

En la parábola de los obreros de la plaza, estos estaban sin trabajar pero querían trabajar y no tenían donde, pues ni les habían contratado. Vamos a hacernos una pregunta: ¿yo no trabajo porque no quiero trabajar o porque no tengo donde trabajar?

Los cuatro hermanos del que nos habla el Evangelio de este domingo están en plena faena de pesca o arreglando las redes. Trabajan para comer, trabajan para vivir de su actividad. Hay otros que viven a cuenta del trabajo de los demás.

Trabajar para vivir santifica, vivir solo para trabajar envilece, vivir a cuenta del trabajo de los demás empobrece. ¿A cuál de estos tres grupos pertenezco yo? 

A los cuatro hermanos cuando están trabajando. Jesús no busca para apóstoles, para su obra salvadora, personas de grandes talentos o de grandes fortunas; busca personas que sean trabajadoras.

Una de las cualidades necesarias para ser un buen cristiano es ser trabajador, activo, diligente, cumplidor del deber. El verdadero cristiano tiene que ser trabajador; si no lo es, tampoco es buen cristiano. Y así el niño o el joven que estudia – este es su trabajo – es cristiano; el hombre que es cumplidor en su oficio es cristiano; la mujer que es diligente en su actividad es cristiana.

Lo contrario no es ser cristiano aunque rece mucho, sea simpático, haga muchas limosnas.

Jesús llama, invita a estos cuatro hermanos a una vocación especial, a predicar la doctrina evangélica y a practicarla. Ellos escuchan esa voz y le siguen.

A cada uno de nosotros Cristo nos invita y nos señala un camino a recorrer en la vida para santificarnos y ser felices.  Ese camino, vocación o invitación es la actividad: para el joven será estudiar tales asignaturas; para el hombre será la actividad del obrero, del administrativo, de médico; para la mujer será la actividad del hogar o tal vez una profesión.

Cada uno, como lo hicieron Andrés y Simón, debemos seguir esa invitación.

Dios no señaló el trabajo como fin del hombre, sino como un medio para santificarse y ser feliz. La escalera de un edificio no es fin, es medio para subir a un piso; y el médico tiene por fin el devolverte la salud y por eso te receta unas medicinas como medios para adquirirla y conservarla.

Pues el trabajo y la actividad son en el cristiano un medio para ser cada día mejor cristiano, trabajando según debe hacerse, así como una medicina cura si se toma con las debidas condiciones.

Para que el trabajo sea santificador y reporte felicidad, se debe realizar con decisión, rapidez, totalidad y constancia. Los cuatro hermanos que escogió Jesús para apóstoles cumplieron su vocación con decisión, sin recelo, con rapidez, sin demora, con totalidad, entregando toda su persona con constancia, sin interrupción hasta el final.

Así nosotros:
- Con decisión, venciendo las dificultades del camino que muchas veces es cuesta arriba.
- Con rapidez, caminando y trabajando con diligencia.
- Con totalidad, hemos recibido cinco talentos, debemos ganar otros cinco.
- Con constancia, manteniendo la mano sobre el arado y no volviendo la vista atrás.

Vivimos en una cultura de la flojera. Nadie quiere trabajar, todo el mundo quiere vivir la fantasía de unas dádivas que alegremente se reciben sin que sean producto del esfuerzo y del sudor, sino de la flojera.

Si queremos sacar a Venezuela de la actual crisis económica que vivimos; además de buscar el diálogo entre los grandes y los pequeños, entre los empresarios y el Gobierno, debemos también entender que la única forma que tenemos los venezolanos para salir adelante de este gravísimo problema que nos agobia es por la educación y por el trabajo.

Los grandes países del mundo que quedaron destrozados después de la segunda gran guerra se hicieron poderosos y fuertes en la actualidad producto de esa premisa: trabajando y educándose. Hagamos lo mismo, Venezuela nos necesita bien preparados para poder echar adelante a un país tan rico en recursos naturales, pero que necesita la inteligencia y el fruto del trabajo de todos los venezolanos.

+Roberto de Coro
@MonsLuckert