REFLEXIONES DEL PASTOR
DOMINGO 19-10-2014
XXIX DOMINGO TIEMPO ORDINARIO
AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
Mt 22, 15 – 21
Sabido es que de este pasaje evangélico que hoy considera la liturgia se han sacado las más contradictorias consecuencias prácticas en el tiempo de las relaciones Iglesias – Estado, en lo referente a religión y política. En las modernas sociedades no teocráticas, parece como si la frase “dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” viniese a consagrar la separación de poderes.
Sin embargo, la verdad es que una contestación que se resume en “hagan lo que se debe hacer” o “den a cada uno lo que le deben dar” no es muy aclaratoria. En la narración del Evangelio de Mateo, se advierte de antemano que quienes preguntan no tratan de buscar la verdad, sino de tender una trampa al Maestro.
Conteste lo que conteste habrá caído en ella, por eso se le incita a responder elogiando su independencia y honestidad. Estas alabanzas, aunque suenen huecas en boca de quienes las profieren, no dejan de ser el testimonio de una actitud que popularmente se le reconocía a Jesús.
Jesús no contesta a lo que capciosamente se le pregunta y, desde luego, no es la única ocasión en que esto sucede. Ya otras veces había salido de su boca “pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago esto” (Marcos 11, 33). La esperada respuesta de Jesús se toma en una demostración escénica acusatoria: ustedes, que usan habitualmente esa moneda (que ciertamente tiene impresa una impía imagen humana) para hacer negocios y por eso la llevan ahora en el bolsillo, está claro que opinen que se debe pagar tributo al César. El dinero es su rey y su dios. Los cazadores se ven cogidos en su propia trampa. No son tan independentistas como creen, tampoco han caído en la cuenta de que se puede estar contra el César sin que necesariamente se esté de parte de Dios.
Sería deseable que fuese evidente en todas las organizaciones de la comunidad cristiana esa libertad e independencia que sus mismos adversarios reconocen a Jesús. Algún historiador ha dicho que la Iglesia está más interesada en conquistar el Estado que en cristianizar la sociedad desde abajo. Imponerse desde poderes similares a los del César o usando su brazo secular no es el estilo de Jesús. No se puede convertir a Dios y Jesús en César de este mundo. Él mismo se negó a ello.
A pesar de vivir en democracia, que pide la participación de todos, no falta quienes emplean este pasaje para apoyar su peculiar “zapatero a tu zapato”. Es decir, para reclamar que la Iglesia no hable y vuelva a las sacristías. Olvidan, entre otras cosas, que en democracia todos los zapatos son responsabilidad de todos y que la Iglesia es pueblo, está formada por un pueblo, por un pueblo que sufre, un pueblo que hace colas, un pueblo que no consigue alimentos, un pueblo que no consigue salud y ante ese hecho de un pueblo la Iglesia tiene una voz que le anime a alentar, porque uno de los grandes mandatos de la Iglesia y de su dirigencia es el de ser profetas.
El autor de la carta a los Tesalonicenses, más allá de las palabras, ha de ser visible la actividad de nuestra fe, el esfuerzo de nuestra solidaridad y el aguante de nuestra esperanza.
Si pretendemos ser solidarios con los hermanos más pobres, sería ilógico no aprender el modo de hacerlo. Hoy el mundo es muy complejo. No nos podemos limitar a formarnos en teología biblio-liturgia. Es necesario que comprendamos dónde están las dificultades técnicas que impide un mundo más justo. No es suficiente con leer el periódico. Precisamos una formación más rigurosa en temas sociales. Busquemos el modo de adquirirla para no reducir nuestra actuación solidaria a una inoperante voluntad. No olvidemos lo que ha dicho el Santo Padre: “la política es apostolado”.
+Roberto de Coro
@MonsLuckert